LA IMPORTANCIA DEL AJUSTE EN LOS EPIS (EQUIPOS DE PROTECCIÓN INDIVIDUAL)
Las mascarillas con filtro figuran entre los equipos de protección individual más importantes. Pero un error habitual al usarlas es elegir modelos que no se ajustan a la fisonomía del trabajador.
El problema del desajuste en la protección respiratoria
En términos personales, usar mascarillas autofiltrantes ha significado una gran novedad social y un reto para la mayoría de las personas. Durante los últimos dieciocho meses nos hemos visto obligados a convivir con este EPI antes prácticamente desconocido. Sin embargo, es un recurso de protección laboral habitual en muchos sectores de actividad: son accesorios utilizados regularmente para preservar la seguridad laboral.
Los profesionales de los ámbitos alimentario, constructivo, industria química, pinturas y laboratorios, entre otros, conviven con estas mascarillas cotidianamente desde mucho antes de la pandemia. Pese a ello, el uso correcto de estos equipos de protección individual es un caballo de batalla principal: hay errores que deben ser evitados.
Entre los más comunes, utilizar equipos de protección respiratoria inadecuadas para la fisonomía del trabajador. No solo es molesto al manipular sustancias, también muy peligroso: muchísimas partículas se cuelan por los huecos dejados entre el rostro y el EPI.
Los organismos notificados miden la fuga hacia dentro, por eso debes escoger un equipo de protección respiratoria con un óptimo ajuste facial. Así, las mascarillas autofiltrantes de nanofibras son muy recomendables. Según estudios termográficos realizados por el Instituto de Biomecánica de Valencia Instituto de Biomecánica de Valencia (IBV), el pequeño espesor de su filtro las adhiere a la cara más que las tradicionales. En consecuencia, al inspirar el aire pasa preferencialmente por el cuerpo de la mascarilla. Es el momento clave en los contagios.
Cómo evitar riesgos y ajustar mejor las mascarillas
Estas sencillas recomendaciones son determinantes para la seguridad laboral.
- Hacer uso de las tallas
Antes de elegir la mascarilla, identifica la talla correcta. Así se ajustará mejor y no se moverá al hablar, ni descubrirá tu nariz o tu barbilla. Algunos proveedores disponen de guías de tallas.
- Ajuste nasal y total apertura
Antes de ponértela, redondea el clip nasal de tu mascarilla con el dedo más parecido al ancho de tu nariz. Tras colocarla, presiona desde arriba sobre él para sellarlo bien y eliminar la forma de uve. Además, extiéndela bien para que tape completamente tu barbilla.
- Sin huecos laterales
También debe amoldarse perfectamente al rostro, sin dejar espacios entre las mejillas ni en los laterales. Para constatarlo, apoya tus manos limpias en forma de cuenco sobre tu rostro y alrededor de los bordes: exhala y comprueba que el aire no se escapa por los lados.
- Regulable en la nuca
En entornos vulnerables, usa un dispositivo regulable para ajustarla en la nuca y adaptarla mejor a tu cara. Además, te sentirás más cómodo en la parte de las orejas.
- Cuidado con la barba
La barba dificulta el ajuste, más cuanto más larga sea. Ocurre lo mismo con el pelo largo: evita que quede entre las gomas y la cabeza. La eficacia de los equipos de protección individual, en ambos casos, se ve comprometida.
Otras recomendaciones
Además, al usar las mascarillas autofiltrantes en el trabajo:
- Extrema la higiene. Lávate las manos antes de ponértela y tras desecharla, según las instrucciones del envase. Mientras la lleves puesta, no la toques. Jamás la dejes sobre una superficie de trabajo y, si vas a reutilizarla, desinféctala antes.
- Quítatela con seguridad. Retírala, siempre, fuera de la zona de trabajo peligrosa.
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