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PREVENCION DE RIESGOS LABORALES EN ACTIVIDADES LOGISTICAS

Publicado en12/07/2021
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La actividad logística, que tiene su origen en el ámbito militar, ha experimentado una evolución extraordinaria en las últimas décadas hasta convertirse en un pilar económico, fuente de empleo, actividad y, por tanto, riesgo laboral.

Mape, prescriptor de seguridad y salud en el trabajo, con una experiencia de décadas, ha seleccionado, con propósito didáctico para este blog, la “Guía práctica para la gestión de la prevención en la actividad logística”, un documento eminentemente práctico editado por la Asociación Navarra de Empresarios de Transporte por Carretera y Logística (ANET).

Entre otros objetivos, ANET se planteó con la guía difundir entre los agentes del sector (empresarios, técnicos, delegados y trabajadores) los riesgos más comunes de los puestos de trabajo para concienciar y erradicar hábitos incorrectos y actuaciones peligrosas. Adicionalmente, la Guía tiene una intención preventiva al proponer medidas de protección laboral. Asimismo, proporciona modelos prácticos de PRL pensados para orientar en la gestión de la prevención de riesgos laborales.

Salud laboral en operadores logísticos

La Guía de ANET puso el foco en la salud laboral de los operadores logísticos que desarrollan actividades vinculadas al almacenamiento y la distribución, tales como manejo de materiales, embalaje, paletizado, reposiciones, cargas y descargas, almacenaje, preparación de pedidos, transporte de mercancías, gestión de producción y distribución.

ANET destacaba que, “aunque sea posible hablar del sector de operadores logísticos, lo cierto es que este tipo de actividades pueden hallarse, en mayor o menor medida, en prácticamente cualquier empresa de cualquier rama de actividad”.

Las dolencias ergonómicas y los incidentes-accidentes con maquinaria copan los primeros puestos en el índice de siniestralidad del sector logístico. Al respecto, ANET puntualiza que “de forma habitual, los trabajos logísticos suponen una gran carga ergonómica debida al manejo y elevación de pesos, lo cual puede ocasionar lesiones músculo-esqueléticas cuando se trata de manipulaciones manuales.

Por otro lado, las actividades logísticas implican la conducción y manejo de maquinaria (plataformas, carretillas, grúas...), que puede derivar en accidentes graves para los usuarios, debido tanto a una incorrecta manipulación como al inadecuado mantenimiento, deficiencias de las instalaciones, falta de señalización de seguridad en los lugares de trabajo, ausencia de instrucciones, etc.”.

En el apartado “Problemas de salud y accidentes producidos en el sector”, la Guía argumenta que “en general, los problemas de salud relacionados con los trabajos de logística que más preocupan en las empresas son los trastornos músculo-esqueléticos (TME), derivados de la manipulación de cargas y de la utilización de carretillas elevadoras. Estos TME suelen presentarse como lesiones de espalda, codos, hombros, antebrazos, omoplatos, clavículas, etc.”.

Los accidentes acostumbran a tener consecuencias leves, siendo las lesiones más comunes los cortes, golpes, torceduras y contusiones. Los accidentes graves frecuentemente están relacionados con la utilización y manejo de maquinaria de elevación y manutención, así como con la siniestralidad vial de los vehículos de reparto.

Causas y prevención de riesgos laborales de los TME

Los TME tienen un conjunto complejo de causas interrelacionadas, de actuación simultánea. En el terreno laboral conviene tener presente la concurrencia de factores bio-mecánicos, psicosociales y organizacionales.

Los riesgos bio-mecánicos incluyen situaciones de:

  • Fuerza-esfuerzo. Están determinados por variables como la intensidad, fuerza requerida, grupos musculares que se usan, dirección del esfuerzo, tipo y calidad del agarre, postura.
  • Repetitividad. Constituye un factor multiplicador del esfuerzo.
  • Posturas forzadas / inadecuadas. Toda articulación tiene un rango de movimiento, por lo que conviene evitar trabajar al límite y buscar los ángulos de confort. Aumentan el riesgo las posiciones fijas y los gestos que exigen precisión.

La mayor parte de los TME son trastornos acumulativos resultantes de una manipulación repetida de cargas de intensidad baja o elevada durante un periodo prolongado. Tales trastornos afectan principalmente a la espalda, cuello, hombros y extremidades superiores, aunque también pueden afectar a las inferiores.

La incidencia de estos factores es elevada, representando la primera causa de baja laboral en España. Según fuentes sindicales, “los TME son una enfermedad profesional de gran relevancia, que en 1989 suponía el 32% del total de enfermedades profesionales y hoy en día supone el 73%, por lo que su control es una prioridad absoluta”.

Mape, con una dilatada experiencia en seguridad industrial, recomienda una completa evaluación de riesgos (identificación de los factores de riesgo). Toda acción preventiva se ejercerá en dos fases:

  •  Prevención primaria:

Pasa por el diseño, en la fase de planificación, de los puestos de trabajo, herramientas y procesos, con vistas a disminuir el uso de la fuerza, los movimientos repetitivos o la adopción de posturas forzadas o inadecuadas. Sobre este particular conviene tener en cuenta que los esfuerzos prolongados no deben superar el 30-35% de la fuerza máxima de una persona, y que es peor la intensidad del esfuerzo que la duración del mismo.

También forman parte de la prevención primaria las medidas organizativas: distribución adecuada del tiempo de trabajo, rotaciones efectivas (no tiene sentido cambiar de tarea si se siguen utilizando los mismos grupos musculares), disminuir o evitar posibles fuentes de estrés laboral (factores psicosociales), realización de ejercicios físicos en el trabajo (calentamiento, estiramientos), incorporación escalonada al ritmo de trabajo.

Ello debe complementarse con la formación-información del trabajador, bajo la premisa de que debe ser una formación práctica adaptada a la realidad del puesto de trabajo.

  • Prevención secundaria:

La vigilancia periódica de la salud laboral tiene un papel fundamental. Puede hacerse mediante cuestionarios de síntomas y exámenes de salud específicos, consultas espontáneas, vigilancia del absentismo por motivos de salud, promoción de la salud en el trabajo, etc. La vigilancia de la salud basada exclusivamente en los reconocimientos médicos anuales (e inespecíficos) está abocada al fracaso (que equivale a no detectar a tiempo los problemas). Por ello, es útil recurrir a los cuestionarios de síntomas con periodicidades cortas, fomentando al mismo tiempo las consultas espontáneas de los trabajadores.

Comparte tus cargas con un especialista

En Mape creemos que las prioridades pasan por el desarrollo de herramientas para evaluar y prevenir la carga o sobrecarga total en el sistema musculo-esquelético. Al mismo tiempo, los trabajadores y los técnicos de prevención de riesgos laborales (PRL) deben aplicar otras premisas ergonómicas universales:

  • La postura, viene determinada por el puesto de trabajo.
  • Para trabajar siempre usamos el aparato locomotor, pero las lesiones son evitables.
  • La recuperación de los TME puede ser total si se actúa precozmente.
  • Los equipos de protección y seguridad laboral son necesarios y no un lujo.

Ponemos a tu disposición nuestro servicio de consultoría de seguridad y salud en el trabajo para aliviar tus cargas preventivas y optimizar tu gestión.

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