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SEGURIDAD INDUSTRIAL EN ZONAS ATEX

Publicado en30/11/2021
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Existen riesgos insidiosos en seguridad laboral, que pasan desapercibidos hasta que aparecen en forma de accidente-incidente.

La misión pedagógica y formativa de Mape nos lleva a señalar los riesgos laborales ocultos y facilitar su prevención. Por este motivo, dedicamos este post a las Atmósferas Explosivas (ATEX).

Ya quedó abierto este hilo de PRL con el post “Manual de seguridad laboral en silos, publicado en nuestro blog el 4 de mayo de 2021. “En ocasiones, la palabra ATEX genera en sí misma sensación de temor e intranquilidad, tanto en la propia empresa que tiene ese riesgo como para el técnico de prevención que debe ‘enfrentarse’ a valorar el citado riesgo y proponer las acciones preventivas necesarias”. Así habla el especialista en Seguridad y Salud, Carlos Maya Santa Cruz, del Departamento de Prevención y Desarrollo de la Cultura de la Salud de Fraternidad-Muprespa, refiriéndose a una contingencia industrial que causa no pocas situaciones fatales con pérdida de vidas y cuantiosas pérdidas materiales.

Un riesgo laboral infravalorado

No podemos bajar la guardia ante un riesgo que, según los expertos, está infra-declarado en las investigaciones de accidentes laborales –además de infravalorado. Dos son las fuentes principales de estas explosiones: gases-vapores y el polvo en suspensión, condiciones que pueden darse en muchos lugares de trabajo.

Al respecto, Maya Santa Cruz advierte del falso concepto de que las ATEX “solamente pueden darse en empresas relacionadas con actividades de ‘alto riesgo’, como refinerías, pirotecnias, grandes empresas químicas”, por lo que aclara que la atmósfera explosiva “es mucho más común de lo que pensamos, pudiendo estar presente en trabajos que se realizan de forma habitual en muchas PYMES dedicadas a actividades que, a priori, no supondrían un riesgo alto de explosión”.

Para evitar los equívocos, Maya Santa Cruz plantea una definición de ATEX y dice: “si nos remitimos al Real Decreto 681/2003 sobre la ‘Protección de la salud y la seguridad de los trabajadores expuestos a los riesgos derivados de atmósferas explosivas en el lugar de trabajo’, accedemos a la definición de atmósfera explosiva como la mezcla con el aire, en condiciones atmosféricas normales, de sustancias inflamables en forma de gases, vapores, nieblas o polvos, en la que, tras una ignición, la combustión se propaga a la totalidad de la mezcla no quemada”.

“Afortunadamente –añade Maya Santa Cruz- disponemos de las herramientas preventivas necesarias para conseguir que una zona ATEX sea tan segura como cualquier otra parte de la instalación de una empresa”. El punto de partida para la seguridad ATEX es determinar si una zona es potencialmente explosiva con la obligatoria evaluación de riesgos, punto de partida de las acciones preventivas.

Clasificación de las áreas explosivas

Un área será ATEX (con capacidad para explosionar) cuando combina tres elementos: comburente (oxígeno del aire), combustible (polvo, gas) y una fuente de ignición (detonante). Pueden distinguirse dos tipos de atmósferas explosivas en función del combustible que las alimenta:

  • Gas explosivo. Son todas las sustancias inflamables en estado de gas o vapor con el aire. En caso de ignición, la combustión se propaga a toda la mezcla no quemada.
  • Polvo explosivo. Mezcla de aire, en condiciones atmosféricas, con sustancias inflamables bajo la forma de polvo o fibras, en las que, en caso de ignición, la combustión se propaga al resto de la mezcla no quemada.

En función de lo anterior, ATEX contempla la clasificación en zonas: 0, 1 y 2 (gases y vapores) y su equivalencia 20, 21 y 22 (polvos):

    • Zona 0. La atmósfera explosiva (mezcla con aire de sustancias inflamables en forma de gas, vapor o niebla) es permanente, o durante períodos de tiempo prolongados o frecuentes.
    • Zona 1. Asociada a la probabilidad de formación ocasional de una atmósfera explosiva (mezcla con aire de sustancias inflamables en forma de gas, vapor o niebla).
    • Zona 2. No es probable la formación de una atmósfera explosiva o caso de formarse, sólo permanece durante breves períodos de tiempo.
    • Zona 20. Área de trabajo en la que una atmósfera explosiva en forma de nube de polvo combustible en el aire está presente de forma permanente, o por un período de tiempo prolongado, o con frecuencia.
    • Zona 21. Es probable la formación ocasional, en condiciones normales de trabajo.
    • Zona 22. No es probable la formación de una atmósfera explosiva, o sólo permanece durante un breve tiempo.

Medidas preventivas

La prevención pondrá el acento en evitar la formación de la atmósfera explosiva; es decir, la eliminación del riesgo en su origen, mediante:

    • Sustitución de la sustancia inflamable o combustible por otra que no lo sea.
    • Eliminación de los puntos de escape, fuga y, en general, aquellos puntos en los que la sustancia inflamable/combustible se mezcla con el aire.

Si las citadas medidas no eliminan el riesgo por completo, se propone otra batería complementaria, como utilizar sustancias menos inflamables, aumentar la granulometría de los polvos, trabajar en procesos que no generen polvo, emplear humectación ambiental, cortinas de agua, contar con sistemas de ventilación/aspiración (general o localizada), controlar la concentración de las sustancias inflamables en el aire para evitar el rango de explosividad. También será muy eficaz el aislamiento de las partes vulnerables de la instalación (puntos de emisión, fugas…).

    •  Confinamiento. Esta medida fundamental permite reducir al mínimo la extensión de la atmósfera explosiva caso de producirse.
    •  Impedir la ignición. Estas medidas tienen por objetivo el control de focos detonantes o de ignición (equipos, fluidos, calentamiento por fricción, déficit de evacuación del calor).
    • Medidas organizativas. Relacionadas con la organización, como los procedimientos de trabajo, etc.

¿Y los EPI? La clave de los equipos de protección individual y el material de protección será propiciar la disipación de las cargas electrostáticas, un aspecto en el que el vestuario laboral y el calzado de seguridad tienen un papel trascendental.

El calzado antiestático se utiliza para minimizar la acumulación electrostática mediante la disipación de las cargas (apto para uso general). El calzado conductor tiene una resistencia muy baja y se utiliza para minimizar la carga electrostática en el menor tiempo posible. Evita riesgos y consulta con Mape. Somos especialistas.

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